Anjelica Huston pudo haber escogido cualquier carrera que le hubiese apetecido bajo el sol. Su padre era el famoso director hollywoodense John Huston, quien había dirigido a Humphrey Bogart en The Maltese Falcon (1941), y su madre, Enrica Soma, una reconocida bailarina de ballet de ascendencia italiana.
Sin embargo, los genes ganaron: Anjelica decidió seguir los pasos de su igualmente famoso abuelo paterno, Walter Huston, y dedicar su vida profesional a las Artes Dramáticas, estableciéndose como una de las grandes actrices de su generación, cómoda tanto en dramas --The Grifters (1990), del británico Stephen Frears, es su más grandiosa actuación-- como en comedias frenéticas del tipo de The Darjeeling Limited (2007), del texano Wes Anderson, actualmente en cartelera.
Pero la decisión de ser actriz no fue necesariamente instantánea para ella. Su carrera artística ha sido parte de un inevitable pero gradual proceso de descubrimiento y crecimiento.
En el caso de Anjelica, ser la hija de padres ricos y famosos fue todo un giro del destino con algo muy a su favor: un linaje artístico fortalecido por genios. Walter Huston fue uno de los grandes actores de Hollywood, ganando un Oscar por su encarnación de un buscador de tesoros en The Treasure of the Sierra Madre (1948), que su hijo John dirigió. Curiosamente, el año en que Walter recibió el premio de la Academia al Mejor Actor de Reparto por Treasure, John ganó su propia estatuilla al Mejor Director por el mismo filme, algo que no había ocurrido antes ni se ha repetido desde entonces.
Nacida en 1951 en Los Angeles, Anjelica se crió en un ámbito sociocultural en el que no faltó la presencia de los gigantes del cine y de otras artes. Durante sus años formativos vivió y estudió por un tiempo en Irlanda, la tierra ancestral de los Huston. Durante esa época enfrentó, junto con su hermano mayor, Tony, uno de los profundos dolores de su vida: la muerte de su joven madre en de un accidente de tránsito.
Quizás la melancolía producida por esa gran pérdida es lo que le dio cierta fuerza y ternura a su papel en A Walk With Love and Death (1969), un romance medieval dirigido por John Huston, basado en la novela del holandés Hans Koningsberger, con el que debutó en la gran pantalla. La cinta no fue un éxito taquillero, pero no sería la última vez que hija y padre trabajarían juntos, sino más bien el principio de una prestigiosa colaboración que resultó en un clásico contemporáneo y una obra maestra: Prizzi's Honor (1985) y The Dead (1987), respectivamente.
En Prizzi's Honor, Anjelica trabajó junto a Jack Nicholson --su novio en aquel entonces-- y logró otro hito histórico al ganar el Oscar a la Mejor Actriz de Reparto por su interpretación de Maerose Prizzi, la ''hija descarriada'' de un excéntrico clan de mafiosos, bajo la dirección de su padre.
The Dead, por su parte, se origina de un cuento del irlandés James Joyce, adaptado para la pantalla con mucha sutileza y autenticidad por Tony Huston, quien recibió una nominación al Oscar por su libreto, una vez más bajo la dirección del gran John, cuya última película sería esta brillante colaboración con los dos hijos que tuvo con la recordada Soma.
La filmografía de Huston es amplia, con éxitos artísticos como Enemies: A Love Story (1989); triunfos taquilleros como la serie de The Addams Family (1991), en la que interpretó a la sensual Morticia junto al puertorriqueño Raúl Juliá, y cintas muy por debajo de su calibre como el cuento de hadas Ever After (1998), basado en la historia de la Cenicienta, en la que personificó a la malvada madrastra. Sus menos impresionantes esfuerzos han sido cosas como The Pérez Family (1995), de la india Mira Nair, que ahora es simplemente una curiosidad por la mera razón de que interpretó a una cubana. Una de sus próximas cintas es la tragicomedia Martian Child, junto a John Cusack.
Esposa del escultor Robert Graham Jr., la vida de la actriz sigue rodeada de arte en su residencia en la zona playera del sur de California. Si bien hace unos años que no la vemos en un papel de la envergadura de los que realizaba en la década de los años 80 y 90, Huston nunca ha dejado de trabajar y se mantiene, como todo un miembro de la realeza hollywoodense, discretamente visible en las pantallas cuando y en lo que le apetece
Sin embargo, los genes ganaron: Anjelica decidió seguir los pasos de su igualmente famoso abuelo paterno, Walter Huston, y dedicar su vida profesional a las Artes Dramáticas, estableciéndose como una de las grandes actrices de su generación, cómoda tanto en dramas --The Grifters (1990), del británico Stephen Frears, es su más grandiosa actuación-- como en comedias frenéticas del tipo de The Darjeeling Limited (2007), del texano Wes Anderson, actualmente en cartelera.
Pero la decisión de ser actriz no fue necesariamente instantánea para ella. Su carrera artística ha sido parte de un inevitable pero gradual proceso de descubrimiento y crecimiento.
En el caso de Anjelica, ser la hija de padres ricos y famosos fue todo un giro del destino con algo muy a su favor: un linaje artístico fortalecido por genios. Walter Huston fue uno de los grandes actores de Hollywood, ganando un Oscar por su encarnación de un buscador de tesoros en The Treasure of the Sierra Madre (1948), que su hijo John dirigió. Curiosamente, el año en que Walter recibió el premio de la Academia al Mejor Actor de Reparto por Treasure, John ganó su propia estatuilla al Mejor Director por el mismo filme, algo que no había ocurrido antes ni se ha repetido desde entonces.
Nacida en 1951 en Los Angeles, Anjelica se crió en un ámbito sociocultural en el que no faltó la presencia de los gigantes del cine y de otras artes. Durante sus años formativos vivió y estudió por un tiempo en Irlanda, la tierra ancestral de los Huston. Durante esa época enfrentó, junto con su hermano mayor, Tony, uno de los profundos dolores de su vida: la muerte de su joven madre en de un accidente de tránsito.
Quizás la melancolía producida por esa gran pérdida es lo que le dio cierta fuerza y ternura a su papel en A Walk With Love and Death (1969), un romance medieval dirigido por John Huston, basado en la novela del holandés Hans Koningsberger, con el que debutó en la gran pantalla. La cinta no fue un éxito taquillero, pero no sería la última vez que hija y padre trabajarían juntos, sino más bien el principio de una prestigiosa colaboración que resultó en un clásico contemporáneo y una obra maestra: Prizzi's Honor (1985) y The Dead (1987), respectivamente.
En Prizzi's Honor, Anjelica trabajó junto a Jack Nicholson --su novio en aquel entonces-- y logró otro hito histórico al ganar el Oscar a la Mejor Actriz de Reparto por su interpretación de Maerose Prizzi, la ''hija descarriada'' de un excéntrico clan de mafiosos, bajo la dirección de su padre.
The Dead, por su parte, se origina de un cuento del irlandés James Joyce, adaptado para la pantalla con mucha sutileza y autenticidad por Tony Huston, quien recibió una nominación al Oscar por su libreto, una vez más bajo la dirección del gran John, cuya última película sería esta brillante colaboración con los dos hijos que tuvo con la recordada Soma.
La filmografía de Huston es amplia, con éxitos artísticos como Enemies: A Love Story (1989); triunfos taquilleros como la serie de The Addams Family (1991), en la que interpretó a la sensual Morticia junto al puertorriqueño Raúl Juliá, y cintas muy por debajo de su calibre como el cuento de hadas Ever After (1998), basado en la historia de la Cenicienta, en la que personificó a la malvada madrastra. Sus menos impresionantes esfuerzos han sido cosas como The Pérez Family (1995), de la india Mira Nair, que ahora es simplemente una curiosidad por la mera razón de que interpretó a una cubana. Una de sus próximas cintas es la tragicomedia Martian Child, junto a John Cusack.
Esposa del escultor Robert Graham Jr., la vida de la actriz sigue rodeada de arte en su residencia en la zona playera del sur de California. Si bien hace unos años que no la vemos en un papel de la envergadura de los que realizaba en la década de los años 80 y 90, Huston nunca ha dejado de trabajar y se mantiene, como todo un miembro de la realeza hollywoodense, discretamente visible en las pantallas cuando y en lo que le apetece
